domingo, 22 de enero de 2017

Querido Peter Pan, después de que mi estrella fugaz te quemara...

                                                                                          (Music: Tear up this town- Keane)

Querido Peter Pan,

Es muy probable que no quieras ver tu nombre en uno de esos textos que nunca te gustaron, por eso elegí algo que rimara con él, porque en verso todo lo explico mejor. 
Entiéndeme, 
esto es por 
y para ti.

Me gustaría que algún día leyeras esto. 
Me gustaría dártelo en persona, tomando un café mientras me hablas de alguna de tus interminables clases o de ese trabajo maravilloso que estoy segura vas a encontrar.
Y espero que ese día esto sea solo una anécdota absurda que forme parte de alguna de las cicatrices que surcan mi espalda.

Sabes que lo intenté, que quise atrapar alguna de las estrellas de tu constelación, 
que quise replantar tu planeta después de que mi estrella fugaz lo (te) quemara.

Escribo esto porque hoy es tu cumpleaños, el que no he llegado desearte que sea feliz por mi absurda cobardía a enviar un mensaje que diga que te echo de menos, 
que quiero que sigas siendo el primer y último pensamiento de mis días, y de mis sueños, que me gustaría escribir versos para ti que no fueran despedidas
que me gustaría llorar contigo, pero de la risa.

Echo de menos todos los abrazos que no nos dimos, tus historias que siempre me hacían sonreir, las palabras ocultas entre mensajes, tu voz.
Echo de menos intentar no enamorarme de ti.

Me arrepiento mi Peter Pan, de no haberte dicho que te amaba cuando todavía quedaban notas en el pentagrama, de que todo quedara en absurdos te quiero entre las sábanas.

Espero que este sea solo ese silencio sostenido que precede a una grandiosa presentación en la que tú y yo somos los protagonistas.

Gracias Peter, gracias por enseñarme a quererme aunque solo sea un poco.
Y aunque ya no sirva de nada decirlo

                                                                 Te quise.

                                                                                                                    Luz(LRG).

miércoles, 11 de enero de 2017

El chico del piano verde

Hace tiempo que quiero escribir sobre ti,
y contar tu historia,
                              nuestra,
                                           mía.
Hace tiempo que mis dedos se paralizaron
temiendo retratar tu nombre en tinta.
Hace tiempo que deje de pedir deseos a estrellas fugaces
para hacerlo a las teclas de un viejo piano,
como tu lo hacías.


Y en sueños aún apareces,
con tu eterno piano verde bajo las manos,
con tu absurda manera de besarme a través de las notas
Con tu estúpidamente perfecta forma de explicar
que las cuerdas de mi violín cumplían todos tus deseos
cuando era yo la que las hacía vibrar.
Con mi irrelevante forma de decir
que las teclas de tu piano hacían lo mismo
con mis sueños,
Pero me creíste,
y me amaste
y yo te creí,
y te amé.

Y aquí estoy,
torturando al papel escribiendo recuerdos inexistentes,
sin contar nada.
Ahogando mi corazón en versos en lugar de en alcohol.
Porque la poesía no cicatriza.
Porque las cuerdas de los violines cumplen deseos olvidados.
                                                                                Luz(LRG).