domingo, 13 de marzo de 2016

Su alma en las aves

Ella tenía una extraña teoría, una teoría tan extraña que la podrían tachar de loca, pero una teoría al fin y al cabo.
Quizá ella sea la única excéntrica que ha pensado en eso o puede que ya sean muchos los seguidores de esa fantasía, de ese cuento, de ese sueño.

Ella pensaba cada noche en su vigilia, entre estrellas y olas, que las aves; esos animalillos que surcan los cielos y combaten los vientos mas feroces, esos que parecen ser tan frágiles, tan volátiles como un suspiro; que esos mágicos seres son los portadores de nuestras almas.

Piénsenlo, los hay de todos los tamaños, colores y formas, todos diferentes por una mancha, una pluma, un color en el fondo de sus ojos, todos únicos y especiales. 
Unos prefieren surcar los mares,otros explorar las mas altas montañas, perderse en los mas tenebrosos bosques o recrearse entre niños en un parque ¿No les recuerda eso a nosotros?

Unos vuelan raudos y felices, como si nuestras almas fueran de libre pensamiento. Otros simplemente vuelan a la espera de ser capturados en su despegue al igual que esperan ser alcanzadas por la muerte las personas que han perdido sus sueños.

Los más desdichados son encarcelados por metal pintura y plástico, asemejándose al alma de aquellos que aún teniendo la fuerza para luchar y las ganas de tener un pensamiento, un 'ser' libre, un 'yo quiero'; son obligados a esconder sus escritos, sus opiniones, a ocultarse entre paginas y pesadillas, intentando no ser asesinados por una justicia desprovista de corazón, de razón, de humanidad, de animalidad...

Pensaran ahora que esa chica desvaría, que todo esto es solo una historia para niños que la ayuda a perderse en utopías, que la magia no existe, que nuestras almas no pueden estar conectadas a las alas de los pájaros.

Déjenme contarles un secreto guardado en su corazón desde su infancia,  un secreto que me desveló entre lágrimas y suspiros, me dijo... me contó... mas bien me susurró que el día en el que falleció su abuela un gorrión murió en pleno vuelo en su jardín y como si de un sueño se tratase cayó entre destellos que cegaron sus ojos.

Piensen lo que quieran pero a mi me convenció. Quizá sea que en el fondo no he perdido, ni quiero perder la niña que fui. Quizá sea que sigo creyendo que la magia existe.

Por eso creo que mi alma estará eternamente ligada al danzar de los cuervos en la inmensidad del cielo.

                                                                                                                                              Luz(LRG).



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