Me enamoré de sus teorías,
esas que podían darle la vuelta a tu Universo
en cuestión de segundos.
Esas que convierten los colores de tu cielo
en absurdos jeroglíficos.
Me enamoré de un chico que no creía en dioses
ni en verdades físicas,
pero que tenía la absoluta certeza
de que podía crear su mundo con cada un de sus pasos.
Me enamoré de él, de su estúpida sonrisa,
de sus chistes a media noche, de sus anhelos
y cada uno de sus desvelos.
Me enamoré, desde entonces sé que estoy perdida.
Luz(LRG).
Imagen: www.qcosas.com
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