Ya ha llegado septiembre,
y yo sigo echando
de menos
que me revuelvas el pelo a modo de saludo,
que busques mi mirada,
para
sentirnos cómplices
y que no necesitemos excusa
para escribirnos poesía en las
manos.
Se ha acabado el verano,
y no he conseguido
volver a mirarte a los ojos como lo hacía.
Mis besos se han vuelto forzados,
mis
sonrisas esconden tristeza
y las tuyas ocultan indiferencia.
Llega el otoño,
y mi corazón
sigue sin ser a
prueba de balas.
Las armaduras le quedan pequeñas
y ha
librado batallas demasiado grandes.
Ha llegado septiembre,
y yo sigo descalza de
sueños.
En mi armario siguen colgados
los mismos
miedos de siempre,
y algunos nuevos.
Ha vuelto septiembre
y los pájaros tatuados
en mi espalda
no han alzado el vuelo aún,
porque sigue lloviéndote en mis
versos.
Luz(LRG).
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